La
LOCE en este curso se ha puesto en marcha con el adelanto de
la financiación de centros privados de E. Infantil (en manos
de los gobiernos autonómicos) y especialmente con la forma de
evaluar de la Secundaria. En referencia a ello, la Junta de
Castilla y León hizo pública el 15 de septiembre (BOCYL 17 de
Septiembre), la primera orden que desarrolla la LOCE. Aunque
es cierto que esta ley deja poco margen de maniobra a los gobiernos
autonómicos, esta orden es importante pues a través de ella
puede traslucirse la línea de actuación que tendrá la Junta
de C y L respecto a la LOCE.
Leyendo
esta primera orden vemos que la Consejería de Educación de la
Junta realiza un auténtico
seguidísimo de los decretos del MECD. Hace, por tanto, suya
la LOCE aunque hasta ahora haya no haya querido defenderla abiertamente
por ser algo del MECD.
No aporta, con ella, directrices propias, ni trata de contrarrestar
problemas que la LOCE y sus decretos van a traer consigo en
lo que respecta a evaluación y promoción. Así: por:
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No trata de compensar la falta de acomodación del sistema
al desarrollo del alumnado adolescente que supone la LOCE, pues
al romper la idea de ciclo, no da margen de maduración al mismo.
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Se limita a fijar las fechas
para las pruebas de Septiembre manteniendo la sobre-valoración
que significa una prueba-examen sobre el trabajo de un curso
(y por tanto menosprecio real del esfuerzo que la LOCE presume
defender).
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Tampoco se trata de potenciar
el trabajo propio de los centros y su “autonomía”, tal y como
dice la LOCE. La decisión de promoción sigue igual de cerrada
“con dos pasas, con tres no” sin margen de discusión
por los equipos docentes(una minoría podrá decidir). Sólo deja
opción en las ocasiones que lo hace la LOCE (titular con dos
o promoción por imperativo legal).
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Asume que actuaciones actuales
como los grupos de diversificación, valorados, en general,
de forma muy positiva, desaparezcan sin más.
No
hace, en otro orden de cosas, una previsión de los efectos que
una evaluación de este tipo tendrá en la vida académica del
alumnado: no concreta líneas, plazos o formas en que se van
a ir tomando medidas de apoyo. Decir que se tomen, sin más,
es tanto como decir que no se haga nada .
Al
margen de esta orden, se lanza y puede considerarse positivo,
un plan de atención a la diversidad (en realidad dificultades).
Dichos programas, además de haber sido tildados de inconcretos
por diversas organizaciones, no suponen la necesidad de marcar
líneas en los centros.
Quedan
algunos interrogantes sobre lo que supondrán algunos aspectos
que se incluyen en la orden. Por ejemplo, se dice que las
materias evaluarán las capacidades generales además del contenido.
¿Cómo se asegurará?. Otro ejemplo que también suscita dudas:
se deberá hacer un informe del alumnado al final de curso. ¿Supondrán
sólo una burocracia que recargará de nuevo la tarea de la tutoría
de cada grupo o será algo más?. Estamos de acuerdo en que éste
exista, pero como instrumento de trabajo para el curso siguiente
y no un “papel” a entregar en la Dirección Provincial, como
ya menciona.
Hay
que tener en cuenta, por último, que lo que se debe “preparar”
este curso no es sólo el sistema de evaluación sino la situación
que éste provoque en el próximo. Esto es algo que la orden debiera
prever para marcar líneas, asignar recursos, etc. No sería de
recibo que en junio aparecieran una serie de medidas a poner
en marcha el próximo curso de forma improvisada. Algunos ejemplos
de aspectos que pueden darse de forma previsible:
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Acumulación de materias “pendientes”
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Aumento en el número de repeticiones, especialmente en
1º de ESO, con la situación que allí provocará.
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Derivación y acumulación de alumnado a Iniciación Profesional
y hacia los centros (públicos en general) que la posean.
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Necesidad de orientar, ya en este curso, para diversos
itinerarios sobre los que se deberá haber legislado ya.
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Rotura completa del el trabajo en equipo en los centros
de Secundaria, al individualizar en extremo las decisiones sobre
la promoción.
A
pesar de todo lo anterior y, precisamente por ello, nos parece
más necesario hacer un llamamiento a que toda la comunidad educativa, para que
trate de que los centros se planteen cómo sortear los resquicios
que pueden quedar en esta legislación. Ahora se trataría de dar
respuestas colectivas integradoras y compensadoras a la
LOCE, respecto a la evaluación este año y en previsión de las
consecuencias en el próximo curso. |